Vivir para escribir

México se ha mantenido en una posición de estancamiento por casi una década debido a factores como la inseguridad, corrupción y pobreza que ha ido en aumento en los últimos años. México ocupa el lugar número 103 de un total de 175 países analizados en todo el mundo, según el Índice de Percepción de la Corrupción, creado por Transparency Internacional. Los índices de corrupción, violencia y pobreza ha ido en aumento en los últimos años, y actualmente son los que temas más preocupantes debido a sus efectos en la economía. En 2014, esos rubros le costaron a México 34 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), equivalente a 6 billones 086 mil 939 millones 656 mil 416 pesos. Para el 2015 el Banco de México estima que sólo la corrupción le costará al país el equivalente al 9 por ciento del PIB, es decir, 1 billón 602 mil 986 millones 130 mil pesos. Diferentes organismos coinciden  con estas cifras; el presidente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Juan E.

La muerte es una parte natural de la vida que todos debemos afrontar tarde o temprano, son dos las actitudes que podemos adoptar ante ella mientras vivamos, elegimos no pensar en ella o bien podemos hacer frente a la perspectiva de nuestra propia muerte, y reflexionar con claridad sobre ella, tratando de reducir a l mínimo el sufrimiento que puede producir, sin embargo con ninguna de estas dos actitudes pude realmente vencerla Durante mi estancia en un templo budista, llegue a comprender algunas cosas, contemplar la muerte como un proceso normal , es una realidad que he aceptado y ha de transcurrir en tanto permanezca en esta existencia terrenal, sabiendo que no puedo eludirla, no veo que tenga sentido preocuparme por ella. Desde el punto de vista budista, la vida y la muerte son un todo único, en el cual la Muerte es el comienzo de otro capítulo de la vida. La muerte es un espejo en el que se Refleja todo el sentido de la vida. El miedo, la soledad fueron lo que

Un niño de unos seis años me miro sonrientemente, iba en silla de ruedas, tenia el cabello rizado y dorado, sus ojos eran color miel, cargaba con él un carrito de colección, era un deportivo rojo, no reconocí el modelo no sabia mucho de autos , detrás de ella una enfermera arrastraba el atril, lo dejo al lado de la madre y fue con la enfermera del mostrado La madre del niño pareciera que no había dormido en días, se notaba el cansancio en sus ojos, se habían formado bolsas y unas ojeras bien pronunciadas, además estaban pálidas, su rostro no tenían color  como si no hubiera comido. El parecido de los dos era casi idéntico, sin embargo el cabello de la mama se encontraba maltratado y despeinado, las arrugas comenzaban a notarse, esa mujer había sido muy hermosa en su tiempo, todavía lo era, pero la tristeza la estaba acabando El niño jugaba con su carrito rojo, imaginando una pista de carreras en el aire. Comenzó a reírse, me hacia pensar en los ángeles, su risa hacia que s

Desperte, sintiendo mi cuerpo entumecido, no sentía mis piernas ni mis brazos. Sabia que mi cuerpo estaba intentando resistir, no sé cuánto tiempo llevaba ahí, no tenía fuerzas para nada, que había pasado, ¿quién me había despertado? La luz del día iba desapareciendo, y el viento comenzaba a escucharse más fuerte, el frio que sentía no se comparaba, lentamente moría. No podía abrir los ojos, ni hablar, me faltaban fuerzas, estaba tieso mi cuerpo, sin embargo podía sentir el frio que atravesaba mi ser. El silencio, sentía mi respiración en los oídos, no creo poder resistir más, tengo miedo, sin embargo todavía tengo que cuidar a mi hermano pequeño.  -Rob - una voz ronca, desconocida susurro su nombre, sin embargo nadie me contesto - Rob - repetí de nuevo. Pero no contesto nadie, sentí como la adrenalina causada por el miedo recorrió mis venas, pude mover mi cabeza, vi a Rob, acurrucado a mi lado, casi no le cubría la ropa, me había cubierto a mí antes. Estire mi brazo, un dolor a

Roberto ponte el cinturón- grito mi mama desde el asiento a delantero. Mi pequeño hermano se negaba, y seguía con los brazos cruzados en el  asiento de atrás. Comenzaba a desesperarme. Afuera no dejaba de nevar, el tiempo había empeorado, una tormenta que nadie había próvido, nieve caía sin parar, la visibilidad era nula, la carretera comenzaba a volverse cada segundo más peligrosa La ira comenzaba a crecer dentro de mí, volteó a ver  a mi hermano que tenía los brazos cruzados, y no seguía su voz de niño chiqueado pidiendo que le dieran el nintendo. Mire afuera, la niebla y la nieve, era peligroso seguir manejando, sin embargo no podíamos detenernos, solo seguíamos intentando seguir en el camino, esperando que un pueblo cercano apareciera. No sabía porque nadie nos había avisado, se supone que cierran carreteras cuando las tormentas llegan. Si mis papas no me hubieran quitado el celular, hubiera podido verificar el clima. Nieve, pegándose a las ventanas, niebla impidiendo visi

Es extraño, sentir como recuperas parte de lo que eres en realidad, aunque probablemente era uno de los retos mas difíciles, la  mayor parte del tiempo la abstinencia me causaba dolor psicológico y físico. Aun asi estaba agradecido, las cosas parecían estar mejorando, lo único que odiaba mas que la abstinecia eran esas  esas terapias familiares; donde en la mayoría mis padres terminaban discutiendo, y no llegaban a una solución;  fue que por eso las terapias se extendieron a terapia de pareja; a pesar que estaban ya divorciados era necesario ya que la terapeuta explico que los canales de comunicación, respeto estaban mal.  Fue así como pronto comencé ver mas a papá, una parte de mi lo había odiado los últimos cuatro años de mi vida. Las pocas veces que lo veía, terminábamos peleados… la última vez que lo había visto fue dos meses antes de cumplir los dieciocho años; su afán por estar  con otras mujeres logro que no quisiera visitarlo mas, normalmente en  mis visitas desaparecía, o ten

Siento la adrenalina recorriendo mi cuerpo, nada importa, solo el presente. Miro  a mi alrededor, todos están bailando, me acerco a un grupo de chicas que me hacen señas, ellas bailan, me rodean, sonrio. Comienzo a bailar, sintiendo como si la música fuera parte de mi, las luces parecen ser mas fuertes. Estoy mareado, feliz, siento que todos mis sentidos  están alertas, una chica se acerca a mi, me besa el cuello, mi cuerpo tiembla de placer, sus labios llegan a los mios. La beso, mis manos se deslizan por su cadera, la presiono contra mi, mi cuerpo la quiere. Ella vuelve a besarme el cuello, y sus manos bajan por mi estomago. Respondo, tomo su cara, la beso, la muerdo. Bailamos, pasan varias canciones.  Ella se detiene, y toma mi mano, me guía entre la gente, y me lleva escaleras arribas. Ya no tengo novia, se que  no hay nada que pueda detenerme,  pero Cecy viene a mi mente, sigo amándola. La chica se detiene, de su bolsa saca unas llaves, la introduce a la cerradura y abre la pu

-           Gracias por la noche- me susurro Cecy al oído, sintiendo un leve cosquilleo en el cuerpo. -           Denada- conteste, abrazándola -           Fabian- suspiro -           Que pasa – conteste mirándola en las ojos -           ¿Quieres pasar la noche? -           Como- conteste un poco confundido -           Quieres quedarte a dormir… solo esta una prima pero no creo que haya problema, a menos que no quieras quedarte claro… -           Si me quiero quedar- conteste, Cecysiempre habia sido una chica muy tradicional que me invitara a dormir, me hacia sentir especial. -           Entra- dijo tomando mi mano y casi empujándome dentro, como si temiera cambiar de idea La casa estaba tibia, en una ocsaion anterior habia estado ahí, era una casa pequeña acogedora. Me hizo signo de silencio y subimos las escaleras cuidando de no hacer ruido. Entramos a la recamara. -           Ahorita te traigo unos shorts y camisa de Julio- dijo -           No te preocupes-

-           me lo prometiste – escuche la voz de Cecy, y un dolor en la mejilla, la mano de Cecy me había impactado en la cara, me quede perplejo, el dolor me dio un poco de cordura para pensar con más claridad. La mire, se veía igual de hermosa, pero su cara era de enojo, detrás de ella una de sus mejores amigas la acompañaba. No recordaba que había prometido, asi que decidí preguntarle -           que promesa- la cara de Cecy paso de sorpresa a enojo -           eres un idiota sabes… no se porque vine… hemos terminado- dijo , se volteo y se alejó, no pude pensar con claridad, el alcohol, entorpecía mi mente, mis músculos, la gente a mi alrededor se quedó mirándome -           prendan la música- grito un amigo, todos comenzaron a bailar de nuevo – volverá- dijo seguro- todas son iguales- no sé por qué razón al escuchar eso, me enojo, me quite su brazo de mis hombros -           no lo son – le conteste enojado, alejándome y camine por donde se había ido, sali de la casa,