Silencio
Desperte, sintiendo mi cuerpo entumecido, no sentía mis piernas ni mis brazos. Sabia que mi cuerpo estaba intentando resistir, no sé cuánto tiempo llevaba ahí, no tenía fuerzas para nada, que había pasado, ¿quién me había despertado? La luz del día iba desapareciendo, y el viento comenzaba a escucharse más fuerte, el frio que sentía no se comparaba, lentamente moría. No podía abrir los ojos, ni hablar, me faltaban fuerzas, estaba tieso mi cuerpo, sin embargo podía sentir el frio que atravesaba mi ser. El silencio, sentía mi respiración en los oídos, no creo poder resistir más, tengo miedo, sin embargo todavía tengo que cuidar a mi hermano pequeño.
-Rob - una voz ronca, desconocida susurro su nombre, sin embargo nadie me contesto
- Rob - repetí de nuevo.
Pero no contesto nadie, sentí como la adrenalina causada por el miedo recorrió mis venas, pude mover mi cabeza, vi a Rob, acurrucado a mi lado, casi no le cubría la ropa, me había cubierto a mí antes. Estire mi brazo, un dolor agudo, recorrió mi estómago. Toque su cuello, intentando sentir su yugular, estaba muy frio. Con movimientos lentos, comencé a quitarme la ropa, la que estaba pegada a mi cuerpo, y se las puse a él. No tenía muchas fuerzas, el efecto de la adrenalina comenzaba a desaparecer. Le pegue un fuerte pellizco, a ver si reaccionaba, pero no lo hizo. Miedo, tenía mucho miedo.
-Despierta idiota, ¿porque?- pregunte, con lágrimas, me había puesto toda la ropa, cuando yo ya estaba muerto. “Que has hecho Rob” el silencio me contestaba
No quiero morir solo, tenía mucho frio, mis ojos se cerraron, mis parpados estaban muy pesados.
El sonido lejano a ambulancias se escucho, intente abrir mis ojos intentado mirar que sucedía. Era como en las películas, perdía mi conciencia y cada ves que abría los ojos veía diferentes escenas, sacaron a mi hermano, una maquina cortando metal para poder alcanzarme, un par de brazos maniobrando para sacarme y por último el camino en la ambulancia. El sonido de una maquina midiendo mis pulsaciones, la mascara de oxigeno en mi cabeza, un par de brazos presionando mi herida en el estomago. El frio y el dolor se intensificaba por diez, no podía gritar ni moverme, solo soportar el dolor que nunca creí a ver sentido , en algún punto del camino me desmaye.
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