Promesa rota
- me lo prometiste – escuche la voz de Cecy, y un dolor en la mejilla, la mano de Cecy me había impactado en la cara, me quede perplejo, el dolor me dio un poco de cordura para pensar con más claridad. La mire, se veía igual de hermosa, pero su cara era de enojo, detrás de ella una de sus mejores amigas la acompañaba. No recordaba que había prometido, asi que decidí preguntarle
- que promesa- la cara de Cecy paso de sorpresa a enojo
- eres un idiota sabes… no se porque vine… hemos terminado- dijo , se volteo y se alejó, no pude pensar con claridad, el alcohol, entorpecía mi mente, mis músculos, la gente a mi alrededor se quedó mirándome
- prendan la música- grito un amigo, todos comenzaron a bailar de nuevo – volverá- dijo seguro- todas son iguales- no sé por qué razón al escuchar eso, me enojo, me quite su brazo de mis hombros
- no lo son – le conteste enojado, alejándome y camine por donde se había ido, sali de la casa, vi dos sombras alejarse por la calle, intente correr tras de ella , pero mis músculos no respondían bien, estaba mareado, senl piso moverse
- SOFI- grite , esperando que las detuviera, las dos sombras se detuvieron, una de ellas se volteo, sabía que era ella, me sentí más tranquilo, la había alcanzado, pero no tenía nada que decirle
- Que quieres- dijo con voz fría
- No te vayas por favor- rogué con voz temblorosa
- Apenas puede hablar Cecy, velo, vámonos- dijo la amiga
- Cállate Ana-dijo, por unos momentos disfrute, la amiga me caía mal - Fabian, te he dado muchas oportunidades, me dijiste que cambiarias, me prometiste que dejarías de ponerte así, debes comenzar a darte cuenta que estoy cansada… yo te amo… pero necesitas ayuda Fabian, todos los días… tengo que irme a dormir preocupada, pensé que habias cambiado, pensé que ya no tomarías, ni te drogarías
- No me he drogado… - respondí
- Cállate y escúchame, me prometiste que cambiarias esas actitudes tan egoístas, no veo que hayas cambiado, no veo que te preocupes más por ti, tengo que empezar a pensar en mi sabes, cada vez que te pones asi me lastimas, cada segundo que paso junto a tu lado, duele, destruye mi corazón, quien eres , que ha sido del chico que conocí, que ha sido de ese niño que conocí jugando FIFA hace unos años, aquel deportista- dijo con las lágrimas en los ojos- Respóndeme- exigió, pero no tenía palabras para contestar eso- te amo mucho Fabian pero ya no puedo seguir esto- continuo llorando, su mano me entrego algo frio, el anillo que le había dado
- No te vayas- dije con lágrimas en los ojos - cambiare
- No lo harás- aseguro, se volteo para seguir caminando
No podía moverme, no podía hablar, solo sentía sus últimas palabras, me había terminado, era algo que mi subconsciente me había estado gritando que pasaría si no cambiaba, se lo había prometido y no lo había hecho, me acosté en el suelo, mire el cielo, cada segundo sentía mas pesado mi cuerpo
Que había sucedido con aquellos niños me pregunte sintiendo una profunda tristeza
-Fabian- escuche a alguien gritando mi nombre- Fabian- escuche de nuevo, era Julio, mi mejor amigo, el hermano de mi ahora exnovia- levántate, me dijo intentando levantarme, pero mi cuerpo había dejado de responder, me sentía muy mareado
- solo ayúdame a recargarme en la pared- conteste mientras me arrastraba a la pared y nos quedábamos sentados en silencio
- terminamos- dije casi a punto de llorar. Julio no me respondió, sabía que se lo imaginaba, y él me había advertido, sentía un poco de odio hacia él y a mí, a pesar de las miles de veces que me había salvado en esas fiestas, me había pedido que dejara de drogarme y tomar por su hermana, tenía razón, pero lo ignore, no lo había hecho, lo había intentado pero no lo suficiente. Estaba enojado conmigo y con el por que fuera su hermana.
El sonido de la fiesta era lejano, mi mundo se desvanecía a mi alrededor , mareo, asco, dolor , sensaciones, sentimientos invadiendo mi cuerpo y mente, lentamente perdí el conocimiento, de lo que sucedía, antes de cerrar los ojos mire el cielo.
- Ayúdenme a levantarlo- escuche a Julio decir a alguien eso, sin embargo ya estaba perdido en otro mundo, donde nadie existía, ni siquiera el alcohol haría que me odiara menos.
Buenas noches susurre a la luna, era una de las frases que repetía cada noche, cuando me acostaba, sabiendo que ella estaría mirando la luna.
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