Copete de las Aguilas , 3494 metros

Copete de las Aguilas , 3494 metros El esfuerzo y el sudor se mezclan para dejar solo la satisfacción de a ver logrado romper uno de mis mayores retos y miedos ; las alturas. 7:00 am la luz del sol se filtra   a mis espaldas, hacemos una pequeña oración e iniciamos nuestro recorrido Pronto,  me doy cuenta que me espera un largo recorrido.. El camino es angosto, mi angustia por sentir que resbalare es un constante pinchazo en mi voluntad, estamos en silencio, guardando nuestras energías. Pasan las horas. Tenemos suerte el día es cálido, permitiéndonos avanzar sin la opacante humedad y calor. El reto, ha comenzado; siento la adrenalina fluir, subir sin protección, cualquier paso en falso y caigo de un despeñadero. Tengo miedo, después de varios intentos logro hacerlo, solo para darme cuenta que el resto del camino será igual, el miedo me invade, pero la meta se ve tan cerca. He logrado subir un poco más, sin embargo el vértigo comienza a surtir efecto, mi respiración se vuelve inconstante, mis piernas tiemblan, estoy mareada pero estoy decidida a terminar; mi líder no me lo permite, soy demasiado lenta y sabe que si mis fuerzas fallan podría pasar un accidente, me siento decepcionada de mí, pero pronto encuentro otra forma de recuperarme, me quedo con otros que al igual que yo les ha dado vértigo o su cuerpo les ha fallado. Esfuerzo y sudor, tropiezo constantemente y me levanto, se me es más fácil arrastrar mis piernas. Los últimos kilómetros son rectos, sin embargo mis pies parecen estar en fuego vivo, ignoro ese dolor, siento emoción, corremos a toda velocidad, al llegar siento como mis fuerzas desaparecen. Estoy feliz. Se que la siguiente vez subiré a esa punta, y mi miedo será inferior a mi voluntad.